Territorio y Frontera

La formación del Brasil hispánico relajará las fronteras de Tordesillas interiorizando y extendiendo las fronteras. Para entender el impacto en todas estas áreas hemos analizado el periodo anterior y posterior a la Unión Ibérica y también hemos analizado el urbanismo iberoamericano como contexto y como referencia de las actuaciones en Brasil.

El territorio, la región, el paisaje, y sus diferentes escalas y grados de precisión, siempre nos han servido de referencia. Desde la escala iberoamericana pasando por la frontera, los estados, las regiones, los entornos, las poblaciones, los asentamientos y los espacios públicos, la tesis aborda los diversos sistemas componentes y sus interacciones.

Hemos analizado la red urbana en torno a la línea de Tordesillas y como las ciudades de fundación real, las villas (de capitanes o gobernadores, indígenas o rurales), o las poblaciones indígenas, misiones y reducciones contribuyeron a la expansión de la frontera ibérica (Katinsky, 2004).

La creación de Estado de Grão Pará Maranhão por orden de Felipe IV será fundamental para el futuro del Amazonasy la región Norte. A pesar de los esfuerzos del rey el territorio fue gobernado por portugueses que acabarán apropiándose de una región siempre al oeste de Tordesillas  (Carvalho Cardoso, 2012). Grão Pará – Maranhão va a abrir así los territorios amazónicos a la corona de Portugal. En el Sur y en el área central, las misiones jesuíticas, lanzadas durante el periodo filipino, o durante la Restauración, se convertirán en elemento definidor de las fronteras. La Unión en 1772 de los dos estados, Brasil y Grão Pará Maranhão, junto con la capitalidad de Rio en 1763, y con la compra de las viejas donatarias por el marqués de Pombal entre 1752 y 1754, contribuirán definitivamente a la configuración del Brasil que hoy conocemos.

Algunos elementos se han demostrado fundamentales en la construcción de la tesis. Las capitales fundadas como ciudades por orden real (São Luis, Natal, Filipéia,…) o el número y la localización de las poblaciones fundadas antes y después del periodo analizado, son las bases de nuestro análisis territorial. A través de su consideracióin sistémica podemos afirmar que la creación de esa rede de ciudades siguió un modelo hispánico de ciudades funcionando en red donde la distancia, el refugio de los puertos y la defensa, eran fundamentales. Estas visiones estratégicas se hicieron realidad en Brasil a partir de la Unión Ibérica.

Por otro lado, la naturaleza y el paisaje serán determinantes para el desarrollo del país y su red urbana (Ab'Sáber, 2003) . El incremento de los riesgos derivados de la relación con los indígenas, de las inundaciones, o de los deslizamientos, pero, sobre todo, por la llegada de enemigos de Castilla a Brasil, afectará al sistema económico y social, pero sobre todo a las formas urbanas y al territorio haciéndolos más “adaptativos” y obligando a su reconsideración y planificación sistémica. Un caso paradigmático de adaptación será la red de  núcleos pombalinos y como ejemplo modelo, Nova Mazagão (Araújo, 1998).

De esta forma modelo costero característico de la colonización portuguesa deriva hacia un modelo interior, más complejo, y más “definitivo”, que amplia las fronteras rígidas de Tordesillas (Robert Moraes, 2000). Dos nuevos conceptos, la frontera geográfica y el principio de pose, ambos derivados de la ‘Iure Indiana’ (de Juan de Solorzano) substituirán a los repartos “divinos” de las bulas papales. Las banderas, las misiones y los monzones (Monções) son los movimientos que contribuirán a esa “interiorización” y que tienen su fundamento, como hemos demostrado, en la política filipina de libertad indigena (Ruíz González, 2002).

La ocupación pacífica y los conflictos con los locales que caracterizan la colonización portuguesa, es substituida por otra más conflictiva, global y atlántica. Enemigos de escala mundial, como holandeses e ingleses, lucharán el control de la colonia. El refuerzo militar y de defensa de la corona  se intensifican  (Siqueira Bueno, 2001). Las fronteras serán controladas por el urbanismo pionero evangelizador y contrarreformista de los jesuítas, aliados de la corona (Negro Tua, y otros, 2000; Negro Tua, 2005). El papel geoestratégico de Brasil, puesto de manifiesto durante el periodo, desde esa nueva escala global e imperial filipina, perdurará, podríamos decir, hasta nuestros días.